La dieta de los cinco colores o dieta de los colores consiste en incluir en nuestro plan diario de comidas alimentos clasificados según los colores morado o azul, rojo, verde, marrón y amarillo.
Básicamente, esta dieta clasifica a los alimentos en cinco grupos según los colores:
- Rojo: proteínas vegetales y animales como alubias, arenques, buey, leche o yogur.
- Amarillo: azúcar e hidratos de carbono como arroz, berenjena, judías verdes, mandarina, patata y zanahoria.
- Verde: vegetales como alcachofa, apio, pimiento o tomates.
- Marrón: grasas como el aceite de oliva, aceitunas, nueces y mayonesa.
- Azul o morado: líquidos y condimentos como alcaparras, mostaza, orégano, agua y café.
Según la doctora Folch, su creadora, cuando vemos un plato de comida, se activan todos los sentidos, pero en especial, el olfato y la vista. Por ello, afirma que hay que dividir la despensa en estos colores y seguir la regla que las mujeres deben tomar diariamente tres alimentos del grupo rojo, tres alimentos del grupo amarillo y tres alimentos del grupo marrón, mientras que los hombres, deben tomar cuatro alimentos de cada grupo. El color verde es el único sin limitaciones para ambos sexos.
Análisis de la dieta
simple vista parece una dieta saludable ya que se aconseja que el contenido proteico sea entre un 12 y un 15% del total de la dieta, los hidratos de carbono se encuentren entre un 55 y un 60% y las grasas estén alrededor de un 35%. Sin embargo, tiene un gran problema, y es que, en realidad, no nos enseña a comer de manera saludable y nos puede llevar a equivocarnos en cuanto a sus pautas dietéticas.
Clasificar los alimentos de esta manera no es correcto, y no podrá ser saludable para planificar nuestra dieta ya que introduce en un mismo color (grupo) alimentos que no tienen nada que ver en cuanto a su composición en nutrientes, como la zanahoria y el arroz o el caso de las alubias y el buey.
Al llevar a cabo este tipo de dieta sin ninguna supervisión médica y nutricional, nuestra dieta no estará bien equilibrada y nos ocasionará distintos problemas de salud.
Además, a simple vista y teniendo en cuenta que cualquier persona puede decidir apuntarse a hacerla, nos encontramos con que esta dieta de 5 colores no es personalizada, es decir, no tiene en cuenta las necesidades individuales de cada uno de nosotros (talla, % de grasa corporal y de masa muscular, complexión, etapa de su vida, condición o actividad física, preferencias alimentarias, posibles enfermedades…), tan solo tiene en cuenta el sexo.
Comer alimentos de colores puede parecer un juego divertido, pero como cualquier dieta “milagro”, puede acabar siendo peligrosa si se hace desde el desconocimiento.
Conclusiones
Esta dieta es una de las muchas más que hay circulando por Internet y/u otras vías de comunicación. Su propuesta tiene puntos buenos pero los malos priorizan porque no es personalizada y no hace una buena clasificación de los alimentos.
Para aprender a comer bien, de forma equilibrada y saludable, se ha de acudir al dietista-nutricionista, quien nos enseñará a cómo realizar una dieta al estilo mediterráneo de forma adecuada y personalizada sin poner en peligro nuestra salud.
Además, nos guiará en el proceso de cambio para conseguir nuestros objetivos y, finalmente, nos enseñará a cómo mantener el peso alcanzado para que, en un futuro, tengamos la independencia necesaria para saber cómo manejar nuestra propia alimentación y nutrición.
El objetivo de una buena Nutrición es apostar por una comida con colores, no clasificada por colores.